Sidenal, la gran empresa boyacense que lucha en un mercado complejo

Mantenerse en un mercado competido y de bajos precios es uno de los retos de Sidenal, siderúrgica boyacense que centra sus esfuerzos productivos en el sector de la construcción. Este es el panorama.

Sidenal es una de las cinco siderúrgicas más importantes del país. Con capital netamente nacional y su principal planta de producción ubicada en el municipio de Sogamoso, en Boyacá, la firma –que hoy genera alrededor de 800 puestos de trabajo– se moderniza y transforma para hacerle frente a problemáticas como las crecientes importaciones y la baja demanda.

Su gerente general, Luis Alfredo Reyna, nieto del fundador de la compañía, recuerda que la firma empezó operaciones en 1966, bajo la razón social Aceros Ramson y con el paso de los años ha debido afrontar diferentes situaciones complejas, que más allá de estancarla la han fortalecido. El directivo habla de la situación actual y del sector.

¿Cuál fue el balance de Sidenal en 2016?

Sidenal presentó una caída cercana a 6% de las ventas en pesos. Veníamos a un ritmo estable, pero en el último trimestre del año pasado la construcción empezó a bajar, un comportamiento que se ha acentuado este año.

¿Y este año cómo van?

En lo corrido de 2017 se ha registrado una reducción de alrededor de 10% en volumen, pero en precio ha sido superior. Esta situación ha sido propiciada por la caída del sector constructor, que puede estar entre 10% y 14%. Ha habido un frenazo en la demanda, afectando los precios que muestran tendencia a la baja. Pero hay que entender que estos son ciclos normales de la economía que hay que saberlos sortear mientras se retoma el cauce.

¿Cómo es la operación de la empresa?

La parte productiva está centrada en Sogamoso, en donde la compañía tiene la acería y el proceso de laminación; pero también tenemos una planta en Tocancipá, donde se hacen procesos de trefilación y mallas electrosoldadas para la construcción. Desde este punto se realiza todo el proceso de distribución a los clientes finales, que son principalmente las constructoras y ferreterías. Sidenal produce aceros largos y aceros para concreto que son dirigidos a la construcción.

¿A qué sectores o industrias le vende Sidenal?

Alrededor de 98% de la producción se vende en el sector de la construcción. Si bien la infraestructura mueve el mercado, especialmente el de productos corrugados, en este segmento la empresa solo tiene un par de clientes que han sido históricos.

¿Proyectos como las 4G pueden tener algún impacto para la empresa?

Es una expectativa muy grande, pero es para el mediano plazo. Son proyectos demorados que no tendrán ninguna incidencia en el corto tiempo.

¿Cuáles son los canales de distribución?

Dos principalmente. Uno es el de las constructoras y aquí podemos mencionar, por ejemplo, a Amarilo, Cusezar, Bolívar y Arquitectura y Concreto, entre otras. El otro son las distribuidoras, que están representadas en ferreterías grandes, como Andrés Martínez y Homecenter, principalmente. En este último canal el mercado ha cambiado, porque las siderúrgicas queremos llegarle de forma directa al consumidor final, lo que ha disminuido la distribución.

¿A qué porcentaje de la capacidad instalada está trabajando la empresa?

Hasta 2016 se usó alrededor de 90% de la capacidad, pero este año está en 75%. La empresa tiene una capacidad de producción de 250.000 toneladas al año. Hoy se producen alrededor de 20.000 toneladas al mes, mientras en los años 80 el volumen era inferior a las 4.000 toneladas.

¿Cuántos empleos generan?

Generamos 800 puestos de trabajo, pero a estos se suman unos 200 que tenemos con una empresa de logística, que también es del grupo y que se encarga del transporte.

¿Cuál es la participación de mercado?

Depende del producto. En acero para concreto tenemos cerca de 15% del mercado nacional, pero si es en aceros largos la participación es de 9%.

¿Cuáles son las estrategias para mantenerse y seguir compitiendo en un mercado a la baja?

Una de las estrategias en las que siempre ha trabajado la empresa es en la permanente actualización y modernización de equipos como fórmula para operar de forma competitiva. Los planes se centran en continuar realizando inversiones en esta materia y una segunda estrategia será ampliar la canasta con la idea de no depender solo de la construcción. Con el acero se pueden hacer muchos productos para otros mercados, como el metalmecánico y de estructuras de torres eléctricas, entre otros. Este es un proyecto a mediano plazo.

En estos procesos de modernización, ¿qué tanto les impacta la tasa de cambio?

No ha sido fácil porque todos los equipos son importados. El impacto, sobre todo al comienzo, fue alto, porque se compraba con cartas de crédito y créditos del Instituto de Fomento Industrial (IFI). De hecho, la mayor crisis de Sidenal fue entre los años 98 y 99, por baja demanda y deudas que se debieron pagar por lo menos tres veces. En ese momento dejamos de operar alrededor de un año.

¿El sector enfrenta problemas de contrabando?

Hasta hace unos años la mayor amenaza para las siderúrgicas colombianas era el contrabando que llegaba de Venezuela, pero esto ha cambiado y hoy una de las amenazas es el creciente volumen de importaciones en momentos en que la demanda ha bajado. En 2016 se importaron en aceros largos –que es donde todas las siderúrgicas con presencia en Colombia compiten– un millón de toneladas, mientras el país tuvo una producción de 1,33 millones de toneladas. En acero de concreto o construcción, que también todas lo producimos, la producción local fue de 1,60 millones de toneladas y las importaciones de 480.000 toneladas.

¿De dónde provienen esas importaciones?

De México, Turquía y China. Pero el mayor volumen, cerca de la mitad de las importaciones, ingresa de México, sin aranceles y a bajos costos. En el caso de Turquía, las fortalezas son otras, y es que este es un país que tiene una industria siderúrgica organizada y que se preparó para ser un gran productor y exportador de acero. Otro es el caso de China, que produce 800 millones de toneladas al año y exporta hasta 150 millones de toneladas al año. Los precios a los que llegan esos productos son muy bajos. Sin embargo, ese país ha venido aumentando los precios y ahora podríamos decir que el acero más barato está en Colombia.

¿Cómo ve la industria en general?

Amenazada por las grandes importaciones y por los altos costos del sector, como energía, transporte y temas ambientales que no nos permiten ser competitivos. A esto se suma el costo del gas, que además está dolarizado. Por otro lado, en Colombia se exige mucho en materia ambiental, pero no hay facilidades para adelantar los procesos. La industria siderúrgica en el país no es ineficiente, pero los costos son muy altos.

 

Fuente: www.dinero.com